martes, febrero 28, 2012

Qué me pasa que estoy olvidando algunas de las “acciones cotidianas”?

 

Le sucede que, cuando sale de su casa o apartamento, no tiene seguridad si cerró el gas de la estufa, si apagó la luz de la alcoba principal, si cerró la puerta del garaje con el control remoto?

Causas generales: Normalmente este tipo de olvidos se dan en acciones "sobre-aprendidas" es decir, muy repetidas y por lo tanto muy automatizadas. Démonos cuenta cómo, en más del 90% de las veces, cuando se acude a comprobar si se realizó la acción o no, normalmente se hizo de forma correcta.

Este tipo de memoria implícita, por economía, la automatiza nuestro cerebro y sus consecuencias son múltiples:

- Un menor gasto o uso de la atención y de la Memoria de Trabajo.

- Mayor posibilidad de uso de la memoria de trabajo para otra actividad mientras se realiza la acción. (Ensimismamiento).

- Menor recuerdo de haber realizado la acción, al realizarla sin apenas atención.

Hay que apuntar también que en la base de esta conducta de comprobación puede existir un Trastorno de Ansiedad, puesto que en muchas ocasiones, ciertas personas que comprueban de forma repetida si realizaron alguna acción, lo hacen 2, 3 y más veces, sólo por si ocurre algo malo. (gas, puerta, luz…). Es decir es un mecanismo de "escape" y "evitación" de la sintomatología fisiológica de la ansiedad que produce el pensamiento: ¿Habré cerrado el gas?

Los olvidos respecto a la toma o no de una medicación, tan usual, responde al mismo mecanismo, en cuanto que es también una conducta excesivamente repetida.

La pérdida de objetos de uso frecuente, como gafas, o monedero, tienen también su causa en esa falta de atención por la automatización de ciertas acciones. La conducta motora de quitarse las gafas, puede ser realizada sin prestarle atención y, realizando además cualquier otra actividad o pensamiento. Si coincide que nos las hemos quitado donde siempre, estupendo; el problema viene cuando no somos muy ordenados o cambiamos el lugar. Sin embargo hay que apuntar que, tanto si las dejamos en su sitio como en otro, seguramente, no recordemos en ninguno de los dos casos la conducta de haberlas dejado en ese lugar.

No recordar algo que acaba de leer, tener que volver al principio de la página de un libro o de un artículo de prensa, obedece a la misma causa general. Nuevamente diremos que la lectura, por compleja que resulte frente a las otras conductas mencionadas, también es un proceso que llega a un alto grado de automatización, sin embargo, en esta actividad, como en las anteriores, sin la atención debida no hay memoria

¿Qué había venido yo a buscar aquí? También la memoria de trabajo falla y, con la edad, más (sin tener que padecer necesariamente ninguna enfermedad). Podemos encontrarnos frente a un armario abierto y, con esa cara que se nos pone, preguntarnos ¿qué venía yo a buscar aquí?. Normalmente, esta memoria de trabajo, de capacidad limitada, puede ser absorbida por otros contenidos mentales, que eliminarán de forma provisional el contenido anterior. De todos es sabido que la memoria es dependiente del contexto, esto es, ayuda en el recuerdo volver al lugar donde se generó el pensamiento o donde la información se almacenó. Al igual que estos olvidos mencionados, existen muchos más en los que la causa no es una "mala memoria", sino que son problemas de déficits atencionales, paso previo y necesario al proceso de memorización.

La mejor forma de paliar o minimizar este tipo de olvidos resulta evidente; si la causa del problema reside en la falta de atención, resultará conveniente aumentarla en esas acciones tan automatizadas, así como prevenir o eliminar la conducta de comprobación.

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