Del mismo que ni la vista es tan nítida como en el pasado, ni el oído tan agudo, los procesos de acceso a la memoria que efectúa nuestro cerebro empeoran a medida que se envejece. La pérdida de memoria relacionada con la edad no es una patología, sino el resultado de cambios normales, tanto en la estructura como en el funcionamiento del cerebro, asociados al envejecimiento. Estos cambios afectan la capacidad de concentración, la rapidez en el procesamiento de la información, la eficacia con que se almacenan los recuerdos y la facilidad con que se accede a ellos. Estos efectos son particularmente apreciables a partir de los 50 años.
Aunque parezcan malas noticias, en realidad no lo son. Por una razón muy concreta: la pérdida de memoria debida únicamente al proceso de envejecimiento es relativamente menor. Los problemas de la memoria relacionados con la edad no son ni tan graves ni tan frecuentes como para que interfieran de manera significativa con la capacidad d para realizar labores de la vida diaria, en el trabajo o en la casa. Lo que es más importante aún, se pueden prevenir la mayor parte de estos problemas con la ayuda de métodos para mejorar la capacidad de concentración, memorizar de una forma más eficaz. Estos métodos han funcionados en las personas que realizan el curso “Neuróbicos: mantenimiento de la memoria en personas adultas”.
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